Durante este mes, hemos estado haciendo algunos experimentos con plantas en clase, de los que hemos aprendido bastante sobre las necesidades que tienen estos seres vivos.
Para el primer experimento que realizamos necesitábamos estos materiales:
- Dos botellas de plástico (una transparente y otra azul), con la parte superior cortada.
- Dos plantas en macetas.
- Agua.
- Dos platos.
- Sustrato.
Comenzamos echando agua en los platos y poniendo las macetas dentro.
A continuación, colocamos las botellas encima de cada planta y las ajustamos bien a la maceta.
Es el momento de comenzar a hacer hipótesis. Casi todos/as pensaban que las plantas se marchitarían, pues no les da el aire y están encerradas.
Las pusimos en la ventana hasta el día siguiente y las observamos detenidamente.
La planta que está en la botella transparente ha crecido y la otra sigue igual. Además, en el interior de las dos botellas hay gotas de agua, mientras que en los platos no hay ni resto de agua. ¡Se la han bebido!
Seguimos observando día a día hasta que después de 5 días...
La planta de la botella transparente ha crecido hasta arriba del todo y la de la botella azul, aunque ha crecido, no ha llegado tan alto. Cada día se han bebido el agua y ha habido gotas en el interior de la botella.
Es el momento de hacer conclusiones y, aunque no lo tenían nada claro, finalmente Mario descubrió que los rayos de sol pueden pasar mejor por la botella que no tiene color que por la botella de color azul. No les ha faltado agua en ningún momento y las botellas han hecho un efecto invernadero que ha provocado humedad y calidez a la planta, pero solo una de ellas ha recibido más sol y por eso ha crecido más.
Con este experimento hemos podido comprender mucho mejor lo necesario que es el sol para las plantas. Finalmente, las hemos trasplantado a otro recipiente mayor para que puedan crecer aún más.
Seguro que se acordarán siempre de lo necesario que es el sol para las plantas, Ana. Un gran trabajo. Besos.
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