VIAJANDO POR JAPÓN

Seguimos con nuestro recorrido dando la vuelta al mundo y, de China pasamos a Japón. Como en cada país, aportamos información y materiales.

 Conocemos su mapa, su situación y su bandera.

Conocemos algunos de sus monumentos y lugares más representativos como la Torre de Tokio, el Gran Buda Kotoku-in, el parque memorial de la Paz y las pagodas.

También el monte Fuji, el pico más alto de Japón y una de las atracciones turísticas más importantes del país.

Conocemos también sus fiestas más importantes, como la fiesta de Tanabata, en la que se recuerda una leyenda muy famosa japonesa:

En verano, exactamente el 7 de julio, las estrellas Altair y Vega se elevan en el cielo nocturno, y en oriente, cuentan la siguiente historia de amor. 

Un joven arriero llamado Niulang (la estrella Altair) se encuentra en su camino con siete hadas bañándose en un lago. Alentado por su travieso compañero el buey, hurta sus ropas y esperan a ver que sucede. Las hermanas hadas eligen a la hermana menor y la más bella, Zhinü ("la tejedora", la estrella Vega), para recuperar sus ropas. Ella lo hace, pero como Niulang se ha enamorado de ella, le propone matrimonio y ella acepta. Zhinü resulta ser una maravillosa esposa y Niulang un buen esposo, y son muy felices juntos.

Pero la Diosa del Cielo descubre que un simple mortal se ha casado con un hada, provocando su ira. Tomando su alfiler, la Diosa abre el cielo formando un ancho río para separar a los dos amantes para siempre, y formando así la vía láctea, que separa a Altair y Vega.

Zhinü permanece para siempre a un lado del río, hilando tristemente su telar, mientras Niulang la ve desde lejos, y cuida de sus dos hijos (las dos estrellas que lo rodean β y Aquilae).

Pero una vez al año, todas las urracas del mundo se compadecen de ellos y vuelan hasta el cielo para formar un puente ("el puente de las urracas", Que Qiao) sobre la estrella Deneb en la constelación del Cisne, para que los amantes puedan reunirse por una sola noche, en la séptima noche de la séptima luna.

Por otra parte, Hanami es la costumbre japonesa de observar las flores que se realiza cada año al florecer los cerezos. 

Otra de las costumbres en la fiesta de Tanabata es pedir deseos y escribirlos en papeles de colores pegados a un bambú. Al terminar la fiesta, los bambús se queman o se dejan en el agua del río.

Otra de las leyendas más famosas de Japón es la de los zorros de fuego. Según cuentan, en la noche de nochevieja, los zorros blancos se reúnen bajo el árbol enoki para predecir si el año será bueno en cosechas de arroz o no. Si se reúnen muchos zorros y de su boca salen llamas de fuego el año de cosecha será próspero, en cambio, si se reúnen pocos zorros o sus llamas son muy débiles, la cosecha de arroz será escasa.

Esta leyenda tiene su representación en una pintura del artista japonés Utagawa Hiroshige.

Y nosotros/as también hemos hecho nuestra propia representación.

También hemos conocido los kimonos japoneses y, por supuesto, nos hemos vestido con ellos. ¡Mirad qué guapos/as!

Y, como siempre, al finalizar nuestra estancia en un país, nos dibujamos en él con lo que más nos ha gustado conocer.