Para terminar nuestro recorrido por la emoción de la calma, seguimos probando métodos y recursos que nos ayudasen a relajarnos y a tranquilizarnos.
Comenzamos con el FRASCO DE LA CALMA, un recurso del método Montessori que, como su nombre indica, busca calmar a los/as pequeños/as concentrándose en el brillo que se mueve en su interior. Para realizarlo necesitamos un bote, agua, pegamento y purpurina.
Continuamos con un NENÚFAR DE COLORES, el cual trajimos para nuestro proyecto de "El jardín", pero se nos ocurrió que podíamos mirarlo sobre el agua con las luces apagadas, y así descubrimos que también nos provocaba un efecto relajante.
Y, para terminar, presentamos el JARDÍN ZEN, un tipo de jardín oriental destinado a la meditación, compuesto por arena y piedras, en el cual se van trazando caminos con la ayuda de un pequeño rastrillo.
Y, después de trabajar tanto en la emoción de la calma, por fin el monstruo de colores nos recibió sin la lana verde y con globos verdes para todos/as.
¡Qué orgullosos/as nos sentimos de haber enseñado al monstruo de colores otra emoción! ¡Ya solo nos queda una!
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